El principio de funcionamiento de un filtro de acero inoxidable consiste en una malla filtrante de alta resistencia en forma de cuña que se limpia automáticamente mediante el control de la presión diferencial y el control temporizado. Cuando las impurezas se acumulan en la superficie de la malla filtrante, haciendo que la diferencia de presión de entrada y salida aumente hasta el valor establecido, o cuando el temporizador alcanza el tiempo preestablecido, la caja de control eléctrico envía una señal para accionar el mecanismo de retrolavado. Durante el retrolavado, la válvula de drenaje se abre y el sistema se despresuriza y drena. La ventosa y el interior de la malla filtrante crean una zona de presión negativa inferior a la presión del agua fuera de la malla filtrante, lo que obliga a que parte del agua limpia circulante fluya hacia el interior de la malla filtrante y lave las impurezas y partículas adheridas a la pared interior de la malla filtrante. El diseño especial de la malla filtrante crea un efecto de chorro dentro de la malla filtrante, lavando cualquier impureza de la pared interior lisa. Todo el proceso es continuo y automatizado, con un consumo mínimo de agua durante el retrolavado.

Los filtros de acero inoxidable ofrecen una serie de ventajas, como un rendimiento de filtrado estable, una excelente capacidad de interceptación de la contaminación, un funcionamiento y mantenimiento sencillos, bajos costes de explotación, un rendimiento fiable y una vida útil de más de 10 años. El material de acero inoxidable utilizado en los filtros es resistente a la oxidación, lo que garantiza su uso a largo plazo. Estos filtros se utilizan ampliamente en industrias como la química, energética, siderúrgica, fabricación de maquinaria, procesamiento de alimentos y bebidas, plásticos, fabricación de papel, minería, metalurgia, textil, petroquímica, protección del medio ambiente, campos de golf, automóviles y filtración previa de agua para uso doméstico.